UNABOMBER Y LA LINGÜÍSTICA FORENSE - Peritaciones Elena Rebollo
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UNABOMBER Y LA LINGÜÍSTICA FORENSE

¿Fue la lingüística forense la clave para finalmente poder capturar a uno de los terroristas más buscados de EE.UU?

Un artículo de la BBC comienza con un buen titular: “La fascinación por el caso Unabomber, el anarquista que durante 17 años aterrorizó a los EE.UU enviando cartas bomba”[1]. Y es en esas cartas bomba donde está el secreto clave para su arresto y detención. 

Theodore J. Kaczynski, conocido como Unabomber, anarquista y genio de las matemáticas. Se alejó del mundo para vivir en una cabaña rústica en Montana, donde fraguó su carrera delictiva convirtiéndose en uno de los terroristas más buscados de los EE.UU.

Se le consideró un genio precoz de las matemáticas, se doctoró muy joven, comenzó a escribir artículos en revistas científicas generando envidias dentro de sus propios compañeros y llamando la atención por su contenido. 

Fue docente durante años, hasta que en 1971 se retira a la cabaña que había construido con sus propias manos sin agua corriente, aislado prácticamente en su totalidad del resto del mundo. Es desde esta cabaña desde donde comenzó a escribir un manifiesto en el que planeaba y daba indicios de cómo ejecutar el plan contra la sociedad industrial que estaba instaurada en esos momentos en EE.UU. 

Atacaba a objetivos muy diferentes, era un campo muy amplio de actividad, daba igual que fuera un investigador de genética, que un empresario, que un estudiante, vendedor de ordenadores que los pasajeros de una avión. Su carrera de atentados se extiende desde 1978 a 1995. 

Es en 1978 cuando envió una carta bomba a Buckley Crist, profesor de ingeniería de la Universidad de Chicago. Cuando la recibió le resultó sospechosa por lo que la entregó a un vigilante de seguridad que finalmente resultó herido tras abrirla. 

Más tarde, vendrían nueve atentados más. Más o menos fallidos, en los que se dio la primera víctima mortal en un avión de pasajeros. Después, otros cinco atentados, el último en 1995 con dos muertos. 

Es en este año, 1995, cuando Kaczynski, se decide a enviar a los medios cartas pidiendo que publicaran su largo y extenso ensayo “La sociedad industrial y su futuro”, dentro del FBI se conocía como “El manifiesto de Unabomber”.

¿Publicarlo? ¿No publicarlo ? Era el gran dilema que traía de cabeza tanto a los medios de comunicación como a las autoridades. Si accedían a su petición, estarían accediendo a su requerimiento. 

Finalmente el FBI accedió a su exigencia y dos publicaciones escritas hicieron ver la luz de “El Manifiesto de Unabomber”. Con el fin de dar pistas y poder capturar al terrorista. Ofrecieron recompensa a quien facilitara información sobre Kaczynski, y por tanto llegar a su arresto. Pero tras recibir centenares de llamadas, la pista clave que les llevó a dar con el hombre que había estado enviando cartas bomba durante 17 años, fue su hermano. Éste tras leer el manifiesto pudo observar ciertas similitudes con cartas que le había enviado años anteriores. Llevaba sin verle más de una década, y tomó la decisión de contratar a un experto en investigación privada para dar con el paradero de Theodore o encontrar información sobre él.

Todo el material encontrado y recopilado lo entregó a su abogado, haciendo de mediador con el FBI. Lo único que quería su hermano es que no falleciera en una redada el día de su captura, como solía pasar en estos casos.

Finalmente fue capturado y es en 1998 cuando se declara culpable de todos los hechos que se le imputan, así evitaría la pena de muerte. Durante el juicio fue diagnosticado como un paranoico esquizofrénico. 

Hasta aquí un breve resumen de la trayectoria de uno de los criminales más destacables de la historia de los EE.UU, que en numerosas ocasiones se ha llevado a contar su historia en libros, series y películas. 

Pero, ¿fue la lingüística forense la clave determinante para dar con el autor de todas esas cartas bomba?

Es necesario decir antes de continuar, que lo impresionante de Unabomber es que fueron sus propios escritos los que le llevaron hasta una celda el resto de su vida. 

Como hemos dicho las bombas en un primer periodo las colocaba en el lugar donde quería que explotaran o las enviaba por correo, pero en un periodo posterior ya solo las enviaba por correo, envueltas en un papel marrón y junto con ellas un carta escrita a máquina. Se las conocieron como las “cartas trampa” ya que la carta indicaba que se abriera el paquete y en ese momento era cuando explotaba. 

Unabombercomenzó a enviar más cartas en las que explicaba su propia ideología, las remitieron a uno de los periódicos más influyentes de los Estados Unidos. En este momento el FBI forma el Grupo Especial de investigación del caso Unabomber. Es en 1995 cuando se recibió en el periódico New York Timeslo que a partir de ese momento se conocería como “Manifiesto”, como se ha indicado en la primera parte del artículo.

Todos los documentos recopilados estaban escritos en una máquina fabricada en los años treinta. Las 56 páginas del Manifiesto estaban escritas mediante copias de papel carbón. Y a partir de 1993 todas franqueadas por el servicio postal de San Francisco. La zona de búsqueda podía ir acotándose.

Lo primero que se consideró a la hora de realizar un análisis de un documento aplicando esta técnica, fue el paso del tiempo, teniendo presente el cambio de las normas escriturales y gramaticales en los años en los que había estado actuando Unabomber. En segundo lugar, el uso de palabras o bien frases inusuales u oraciones que pudieran contener un significado o rasgos autobiográficos. 

Tras este análisis por parte de Fitzgerald, investigador del FBI encargado del caso, los resultados principales fueron[2]:

  • Unabombertenía un gran dominio del lenguaje, prácticamente no cometía errores al escribir. 
  • El formato era propio de una tesis académica. Cada párrafo estaba enumerado y había notas al pie de página y referencias bibliográficas al final del capítulo. 
  • A pesar del odio mostrado contra las empresas tecnológicas, solo se mencionaba una, de poca relevancia. 
  • En el manifiesto subrayó algunas palabras y frases, lo que sin duda revelaba que eran importantes para él. 
  • Algunas de las palabras y frases más distintivas del escrito eran “quimérico”, “anomia”, “lógico de cabeza fría”, esta última expresión tendría un marcado interés. 
  • El análisis del contenido mostró la frecuencia elevada de determinadas palabras, como “sociedad”, “poder”, “tecnología” y “libertad”.

A partir de estas primeras conclusiones el Grupo Especial del FBI creía que Kaczynski estaba detrás de Unabomber. Tenían claro que lo que tenían que hacer a partir de ahora era estudiar minuciosamente el Manifiesto y todos los documentos que habían recopilado para compararlos. La meta, la que se ha comentado en la primera parte del post, conseguir convencer al juez para proceder al registro de la casa de Unabomber.

Cuando comenzó Fitzgeraldy su equipo a estudiar toda la documentación y sobretodo las cartas aportadas por el hermano de Ted, vieron como plasmaba de manera reiterada ideas sobre libertad, sociedad y tecnología, elementos centrales del Manifiesto. Los resultados revelaron coincidencias entre el Manifiesto y el resto de documentos aportados.

Fue el centrarse en los aspectos lingüísticos, que dieron con un refrán siendo éste la clave definitiva, lo que permitió a los investigadores del FBI obtener una orden judicial para poder registrar la vivienda de Unabomber. Se analizaron varios documentos de Kaczynski y vieron que ese refrán siempre lo escribía de una manera diferente a lo habitual. Esto dio pie a que el juez aceptara la lingüística forense como prueba y registraran su vivienda. 

En definitiva, la estructura y el contenido de las oraciones y frases que usamos de forma habitual en nuestro diálogo diario y nuestras comunicaciones son prácticamente únicos. Como ya adelanté en posts[3]anteriores,  el pensamiento humano es único y personal, y así, por lo tanto, será nuestro discurso. Cada ser humano codifica el mensaje y el lenguaje con sus propias “marcas” lingüísticas, por lo que hace casi imposible que dos personas utilicen el lenguaje y se expresen exactamente igual.

Esta disciplina lo que pretende es demostrar que dos textos pueden ser atribuidos a una misma persona y puede resultar de suma importancia en casos donde se requiera. Tener cierto conocimiento sobre el idiolecto (conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo[4]) de un individuo, nos sirve para identificarla. Esto fue lo que ocurrió con Theodore J. Kaczynski, Unabomber

Nos vemos pronto amigos y criminales. 


[1]Artículo, La fascinación por el caso Unabomber, el anarquista superdotado que durante 17 años aterrorizó a Estados Unidos enviado cartas bomba, del 3 de agosto de 2017 de la BBC, edición digital, https://www.bbc.com/mundo/noticias-40806537

[2]Garrido G., Vicente, Perfiles Criminales, 2012.

[3]https://peritacioneselenarebollo.com/blog/la-linguistica-forense-como-medio-para-determinar-la-autoria-de-un-discurso/

[4]Definición dada por el DRAE.

https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/lingueistica-forense-la-forma-de-hablar-y-escribir-nos-delata
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