EL PERFIL CRIMINOLOGÍCO APLICADO A LOS INCENDIOS INTENCIONADOS - Peritaciones Elena Rebollo
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EL PERFIL CRIMINOLOGÍCO APLICADO A LOS INCENDIOS INTENCIONADOS

¿Podemos determinar las características conductuales y criminales de un incendiario?

A lo largo de este nuevo post, se intentará esclarecer, si es posible crear un perfil de los sujetos que tienen como objetivo prender fuego de manera intencionada, los llamados incendiarios o con una connotación estrictamente psicológica, pirómanos. 

En estas últimas semanas se ha podido ver como parte de las comunidades de Cantabria y Asturias se han visto devastadas por los incendios. Gran parte del paraje natural que caracteriza la zona norte de nuestro país se ha visto cercado por las llamas. 

En algunos de estos fuegos, hay testigos que afirman haber visto a una persona en los alrededores prendiendo fuego. Es más un helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias es el que ha sorprendido “in fraganti”a un pirómano mientras prendía fuego en varios puntos de un monte, dando aviso rápidamente a la Guardia Civil[1]

Vicente Garrido en su libro Perfiles Criminales[2], habla precisamente del perfil criminológico del pirómano. Nos dice que el fuego es absolutamente fascinante para la mente humana. Desde muy temprana edad, nos seduce el fuego, las llamas, el color. Pero esta atracción, cuando el ser humano crece y evoluciona, se vuelve en contra y tiene un único fin, destruir. 

Un pirómano es aquel que tiene la tendencia patológica a la provocación de incendios[3]. Según el DSMIV, el pirómano es definido en atención a la satisfacción emocional, excluyendo cualquier otra motivación de tipo emocional, por venganza, provocado para cubrir otro crimen, producto de una idea delirante o alucinación, o como resultado de una alteración en el juicio debido a condiciones de demencia, retraso mental o intoxicación.

Como para considerarlo pirómano se tienen que dar estos criterios psicológicos, lo llamaremos mejor incendiario, refiriéndose a la persona responsable de la provocación de fuegos, ya que no poseemos más información sobre el sujeto sobre su salud mental. 

Antes de continuar, es preciso recordar qué es el modus operandiy qué es la firma del delincuente. 

El modus operandi se define como el conjunto de actos estrictamente necesarios para cometer el delito y obtener éxito en su comisión. Son las acciones necesarias para hacerse con el bien deseado sin ser identificado. 

Y por otro lado, la firma en el ámbito delictivo es un comportamiento ejecutado por el autor del mismo, con la intención de que le sea atribuida su autoridad. Es una conducta propia del ritual, satisface necesidades psicológicas o emocionales del perpetrador. 

Ambos conceptos los sacamos de la extensa y precisa explicación de Juan Enrique Soto de su Manual de investigación psicológica del delito[4]

Delincuentes como los incendiarios también dejan rastros del modus operandi y la firma, en algunas ocasiones: el modo en que se inicia el fuego es parte del modus operandi, ya que es una acción necesaria para quemar el paraje, el edificio o el objetivo que tenga. La firma, por el contrario, se relaciona con “por qué” el sujeto prende fuego, cuando no parece que exista una razón lógica que lo explique. El tipo de parque o de edificio por ejemplo, puede formar parte de la firma del incendiario. 

PERFILES INCENDIARIOS

La clasificación que se va a hacer a continuación se basa en el trabajo realizado por Kocsis, investigador del profiling para la Criminal Profiling Research Unit y el Departamento de Policía de Nueva Gales del Sur (Australia) y del FBI, de la mano de David J. Icove, miembro de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI de Quantico.

  • Por beneficio o lucro: 

El principal motivo es el beneficio económico. El delincuente en este caso también es una pseudovíctima y tiene un determinado interés en la propiedad destruida. Puede haber otras razones que no la de cobrar un seguro por la destrucción del propio local o vivienda, también por ejemplo provocar el incendio de la vivienda para exigir a las autoridades una reubicación mejorada.

El FBI señala que la mayoría son adultos, o jóvenes que son pagados. Se actúa en compañía de un cómplice, a altas horas de la noche o bien de madrugada. Es un hecho planeado de antemano, y suelen usar un acelerante o explosivo para iniciar el fuego. Se da fuera del radio de 2 km del domicilio del incendiario. 

  • Por animosidad o venganza

Un incendio provocado evita la confrontación física, y con ello la posibilidad de que el ofensor resulte dañado o haya de tener una agresión posterior. Los principales motivos son la venganza hacia unos padres que no dan todo lo quieren, padres de una novia, vecinos, etc. No siempre se trata de casos de venganza que relacionan directamente a un ofensor con la víctima, pues a veces no existe un vínculo. Sería lo que conocemos como agresión desplazada. 

Según el FBI: varones adultos que no suelen vivir con sus padres, aunque el 28% son mujeres. Son actos premeditados y planeados. Cuyo objetivo principal son los apartamentos y casas. Casi siempre se cometen los fines de semana. Muchos de los autores habían consumido alcohol o drogas, y no esperan a ver crecer el fuego, prenden y se van. 

  • Por vandalismo

Supone la destrucción maliciosa de una propiedad pública y se trata de una conducta característica de la delincuencia juvenil. Las razones de estos actos no se saben a ciencia cierta, pueden ser por iniciación para formar parte de una banda, por aburrimiento, etc. 

El FBI nos dice que los autores por lo general son jóvenes que viven aún con sus padres, en hogares de clase baja o media-baja, lo realizan con productos encontrados cerca de la escena del crimen y sobretodo lo fines de semana. Actúan en grupo, y en 40% de las veces se quedan cerca del lugar de los hechos para observar el progreso. Normalmente hasta un tercio de los adolescentes tienen antecedentes policiales. No suele ser habitual que consuman alcohol o drogas. 

  • Excitación

Son jóvenes que presentan deseos fetichista, delirios psicóticos o trastornos de personalidad, generalmente de tipo histriónico. Algunas de las acciones son semejantes a las realizadas por vandalismo. Aunque se diferencian en que socialmente están más aislados, sin empleo y por actuar sin el apoyo de un grupo. 

  • Para ocultar un crimen

El motivo es ocultar un crimen, o destrozar más exactamente la evidencia que revele que se ha cometido ese crimen. En este caso el incendio es algo secundario, un medio para perseguir una mete prioritaria. 

  • Por razones políticas

Es evidente que el incendio puede estar también al servicio de acciones políticas, como ocurre en revueltas motivadas por disputas sociales.

Ésta es la clasificación que desde la investigación de Kocsis y del FBI nos llega hasta nuestros días como plantea Garrido en su libro mencionado en párrafos anteriores. Además de estos tipos de perfiles, habría que estudiar las diferentes psicopatologías que el incendiario presenta. Al hilo de lo que se ha dicho en los primeros apuntes del artículo, la piromanía no suele considerarse parte de una enfermedad mental, pero cuando esto sucede se da fundamentalmente dentro de un cuadro de esquizofrenia, aunque a veces puede darse en determinados casos de epilepsia, discapacidad o retraso mental. 

Por otra parte el consumo de alcohol o de otras sustancias estupefacientes puede llevar al sujeto a desinhibirse hasta el punto de perder el control de sus actos. O si tenemos alguna alteración en nuestros estados de ánimo, incluyendo graves enfermedades mentales que debido a ellas causan graves alteraciones del pensamiento y del equilibrio emocional.

Uno de los últimos estudios realizados a partir de un grupo de hombres y mujeres en relación a las posibles patologías mentales, revela los siguientes parámetros en cuanto al sujeto incendiario[5]:

  • Como primera conclusión, hay ausencia de diferencias significativas entre las patologías que presentan los incendiarios varones y mujeres.
  • En segundo lugar, considerando valores globales, un número importante de los incendiarios presenta patologías relacionados con el abuso del alcohol, trastornos de la personalidad, psicosis y deficiencias en el aprendizaje.

Hasta aquí pequeñas pinceladas en relación al profilingsobre incendios intencionados a colación de los últimos hechos acontecidos en nuestro país. 

Nos vemos pronto amigos y criminales. 


[1]Periódico El Confidencial, 7 de marzo de 2019, edición digital: https://www.elconfidencial.com/multimedia/video/sociedad/2019-03-07/piromano-asturias-incendio_1865926/

[2]Garrido Genovés, Vicente, Perfiles criminales, 2012.

[3]Definición dada por la RAE.

[4]Soto Castro, Juan Enrique, Manual de investigación psicológica del delito, Madrid, 2017, 2º Edición. 

[5]Garrido Genovés, Vicente, Perfiles criminales, 2012.

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